El Argot colombiano tiene como propósito la comunicación cuyo propósito es dar a conocer la existencia de una jerga que con el pasar de los años se ha extendió en Colombia que ha tomado la caracterización de ser un diccionario con esta variedad lingüística, El Parlache.
Este estudio de la jerga de la calle ha tomado dos vertientes una de ella es el acercamiento sociolingüística, recopilando un sin número de términos; según esto Castañeda1, determina que el parlache es un dialecto social que se ha producido y crecido en los sectores más populares de la ciudad de Medellín, por una parte de individuos sociales, como objeción por la exclusión y marginación, sin mencionar la falta de necesidades y servicios básicos tales como la educación, la sanidad y la cultura. Se sabe que este parlache es una lengua coloquial pero para Salazar2, este Parlache no deja de ser una variante del español pues casi todos sus mecanismos de de creación como a su vez de transformación léxica se adaptan a ciertos procesos fonológicos, morfosintácticos y semánticos de esta lengua. Muy a menudo estas persona rechazan el español estándar como tal vez un símbolo de la clase dominante, en el fondo se reconoce este como la formas más elaborada que se utiliza en determinadas circunstancias. Pues este parlache no busca la formación de una nueva lengua, sino mas bien esta se adhiere a la lengua común alimentándose de ella.
Para Francois3, delimita el concepto de argot como un fenómeno lingüístico que constantemente se presenta en todo el mundo, especialmente en las grandes ciudades utilizándose como fin de ocultarse, complicidad como juego de esta comunidades restringidas, añadiendo que es un sistema de comunicación secundario pues los cambios con la lengua común son ante todo en un nivel léxico. Para Sanmartín4, distingue dos entidades lingüísticas dentro del concepto, por un lado:
“las voces y expresiones características del registro o variante difásica coloquial, denominadas también argot común, conocidas por gran parte de los hablantes” y por otro lado:
“las palabras propias y exclusivas de ciertos sectores de población como los delincuentes, los soldados o los homosexuales, incluidas en los sociolectos o variantes diastáticas, esto es, consideradas como argot de grupo”
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1Castañeda, L. S. (2003), “La formación de palabras en el parlache”, Actas del XXIII Congreso Internacional de lingüística y Filología Románic, Vol. III, Tübingen, Niemayer, 61-68.
2Salazar, A. (1990), No nacimos pa’ semilla, Bogotá, Cinep
3 Francois, D. (1976), “Los argots”, in A. Martinet (dir.), El lenguaje y los grupos humanos, Buenos Aires, Nueva visión
4Sanmartín Saez, J. (2004), “Los diccionarios de argot español: sus escollos y resoluciones”, De Lexicografía, P. Battaner y J. De Cesaris eds., Barcelona, IULA, Universitat Pompeu Fabra, 723-740.
5Ruiz, afirma que el argot es otra variación social de la lengua, determinadas por factores sociales los cuales estratifican y segmentan la lengua en la sociedad, convirtiendo esta lengua en una expresión de la diferencia, donde las personas que se integran a esta comparten valores propios de un grupo, funcionando como cohesionador grupal, aunque desde afuera se vea como un intento de para evitar ser comprendidos por el resto del conjunto social.
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5Ruiz, C. (2001), Diccionario ejemplificado de argot, Barcelona, Península
TRABAJO INFANTIL EN LAS CALLES.
Muchos son los niños que trabajan en las calles de Bogotá, la cantidad exacta se desconoce pero se sabe que la mayoría de estos niños acuden a las calles por causa de la indigencia, el desplazamiento, la falta de escolaridad. En Colombia el trabajo infantil se ha definido como “toda actividad de comercialización, producción, transformación, distribución o venta de bienes o servicios, remunerada o no, realizada en forma independiente o al servicio de otra persona natural o jurídica, por personas que no ha cumplido los 18 años de edad” según el Comité Interinstitucional para la Erradicación del Trabajo Infantil. Las calles de Bogotá permanecen llenas de menores de edad trabajando, estos niños se ven en las esquinas, los semáforos, los paraderos, etc.
Según Stansfeld1, factores como la alta tasa de migración, la cultura de sus habitantes y a un mas las diferencias socioeconómicas se han relacionado con el problema;, teniendo en cuenta que el trabajo infantil puede construirse en un ciclo vicioso si a este se le asocia con la pobreza.
Para el DANE2, es preocupante la falta de acompañamiento de los niños a medida que crecen, pues estudios realizados han realizado una alta frecuencia de problemas como la drogadicción de estos niños que se han visto alejados de sus entornos familiares. Esto da a entender que en Colombia significa pertenecer a estratos socioeconómicos muy bajos, no tener trabajos formales, vivir en condiciones y servicios públicos muy paupérrimos cuyos ingresos son muy bajos. Otro punto importante que resalta Estrada3, se basa en el panorama de riesgos ocupacionales haciendo hincapié en la falta de seguridad a la que están expuestos estos niños diariamente, teniendo como referente que el espacio público es el lugar de trabajo de estos niños, no solo carecen de algún tipo de seguridad, sino también deben evadir peligros como el ser arrollados por vehículos, las condiciones de abusos sexual a las que se ven obligados estos niños a soportar. Los sitios de trabajos de estos niños los exponen a situaciones violentas nacidas de la inseguridad como lo menciona Ross4, inseguridad social, la persecución que viven por parte de las autoridades y el encuentro con indigentes, habitantes de la calle y delincuentes. Para Parker5, estas condiciones de trabajo de los niños son más caótica en los países en vía de desarrollo, desgraciadamente, aunque se conoce un tanto los factores de riesgo en lo que están expuestos estos niños, aun se desconoce los problemas de salud que estos niños presentan sin poder ofrecer prevención para estos. No obstante el consumo de drogas entre los niños de la calle y la calle; es esencial poner medidas para lograr la erradicación pues se ha visto que las leyes, prohíben y limitan el trabajo infantil informal en las fabricas llevan a los niños a trabajar en la calle en peores condiciones. La educación gratuita para estos niños podría reducir las dificultades económicas de los padres y el número de niños en las calles.
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1 Power C, Stansfeld SA, Matthews S, Manor O,Hope S. Childhood and adulthood risk factors for socio-economic differentials in psychological distress: evidence from the 1958 British birthcohort. Soc Sci Med 2002; 55(11):1989-2004.
2República de Colombia, Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE). Estadísticas de los estudios de menores de la calle en Bogotá 1999, menores de la calle en Bogotá 2001, menores de y en la calle en Medellín; 2000
3Estrada J. Panorama de factores de riesgo. Programa de evaluación de factores de riesgo. Medellín: en prensa; 1997.
4 Pick WM, Ross MH, Dada Y. The reproductive and occupational health of women streetvendors in Johannesburg, South Africa. SocSci Med 2002;54(2):193-204.
5Parker DL. Street children and child labouraround the world. Lancet 2002
AGLOMERACIONES HUMANAS, ESPACIOS DE CONTRUCCION DE LA NO IDENTIDAD.
La vida de los seres humanos se debate constantemente en las aglomeraciones humanas y en la ciudad, en diversos contextos como el de la defensa por identificarse su lugar propio y en su contraparte; la incesante búsqueda del espacio de la no-identidad. En un primer momento se construyen relaciones de significación y de valoraciones simbólicas con el lugar, y a su vez en segundo lugar se llega a destruir simbólica como materialmente estos lugares cuyo fin es establecer una fuerte relación del afuera mezclando las relaciones publicas como la razón de ser de nuestra existencia.
Al ser habitantes de la ciudad participamos activamente de muchas estrategias en nuestro propio acontecer. Según Certeau1, aparece la estrategia del Lugar Propio, que permite la oportunidad de expresar en tanto a sujetos aislables, en su manera de actuar, construyendo por una fuerza de resistencia del de afuera. Un Lugar en el que se pueda garantizar un sobrevivir que este acorde y acoplado a nuestras condiciones culturales y sociales. La búsqueda de un lugar se manifiesta como un equilibrio, para estar en paz, dejar de deambular, de esa “dinámica del trascurrir”. El habitante desea conocer su espacio, pues estará siempre unido a este por ello Pardo2, señala que las actuaciones de estas personas están engendradas de lo que son hechos sus espacios, pues el espacio antecede nuestra existencia, nos acompaña definiendo un molde a esa vivencias o un contenido de “campo perspectivo” pues recibimos a su vez la tradición de cómo habitar, de construir ese Lugar que anhelamos. Para Walter3, se tiene una relación con el mundo que es comunicativa, el hombre son su dependencia del ambiente está definiendo diversas formas de comprensión de conocimiento. Estos elementos perceptivos no se podrían dar a conocer si no es por medios de los signos, pues la relación con el mundo es una relación semiótica, pues nosotros tenemos el mundo, los acontecimientos, los objetos, todo ellos por medio y solo atreves de los signos. Para Eco4, se encuentra la posibilidad de acudir a una disciplina semiótica que solicita estableciendo un campo de mando hablado del signo; aunque Montoya5, al ver esas limitaciones conceptuales tradicionales de la disciplina de la semiótica, es mejor asimilables en una semiología, que en un método de la comunicación más no de importancia. La ciudad debe favorecer la existencia de Lugares de espacialidades públicas. La calidad de vida es un conglomerado social que estar dado por una correcta integración y la acción de estas lógicas o estrategias.
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1 Certaul, Micahel ,en su seminario ¿Tiene alma las ciudades?, Medellín 1998. Fgacultad de Ciencias Humanas y Economicas, U Nacional.
2 Pardo, José Luis. Las formas de la exterioridad, Pretextos, Valencia , 1992.
3 Walter, Elisabeth, Teoría de los signos, Ed. Dolmen Estudio. Santiago de Chile. Chile 1994.
4 Eco, Umberto. Función y Signo: La semiótica de la arquitectura. Un análisis semiótico, México 1984.
5 Montoya, Nathalie, ¿ Por qué la semiótica? . La autora. Medellín febrero del 2000