Este es uno de los escritos dirigido a un ser, el cual ame con fuerza a tal magnitud que un día le dije te regalo mi vida.
Cada vez que estamos cerca, que las cosas marchan de manera bella llega un improvisto como el viaje a Bucaramanga, el corazón me brinco de cierta manera, una sensación que hace mucho no sentía, tristeza eso era, dolor de saber que partirías, de no contar nuevamente con tu compañía, pero que podía decir yo, solo poner una bella sonrisa en mi rostro que escondiese las lagrimas que brotaban dentro de mi ser, ese día marcho de una manera normal, ocupe mi mente en muchas cosas, pero cada vez que tenía un silencio, un espacio para descansar llegaba tu imagen tropezándote con las cosas y sonreía, pero de inmediato se opacaba esa risa con seriedad. La noche llego con muchas ansias solo deseaba dormir y que mi alma volviese a ser tan solitaria como antes, pero en ese momento sonó el teléfono y vi que era tu número, respire un poco y conteste; me dijiste que estabas cerca de mí, de nuestra morada, sentí alegría y esta creció aun mas cuando escuche que te devolvías, dije en mi ser el destino es un tanto malvado pero me en este momento lo apreciaba.
Los días transcurría una y otra vez, con calor típico de la ciudad, pero con una extraña sensación en mi, era esa de saber que estabas cerca de mí, que podría contar con tu amistad, silencios, palabras, besos, sonrisas; a veces sucedían cosas que no eran más que otra cosa que discusiones sin fundamentos que las generaba para divertir un poco la relación y no caer en la común monotonía. Las cosas marchaban a un ritmo extraño al cual no estaba acostumbrada y te dije que deseaba hacer el amor contigo, tal vez lo tomaste en broma pero por que esperar a que tu decidieras cuando, acaso no podremos nosotras decidir esto?, sentí que tal vez la relación marchaba algo rápido pero no preste atención a esto y estoy en un bello paraje bañado de mucha lluvia, olor a brisa, frio que entra por tus huesos; conllevando contigo momentos que estarán plasmados en las fotos, videos, y en nuestras mentes. Nuevamente me sentí segura, en casa, pues nuestra morada somos nosotros dos, mi cuerpo es tu morada y tu cuerpo la mía, pero como el destino le encanta aparecer de improvisto, sin dar previo aviso, daño ese resguardo que sentía a tu lado, pintándolo con la historia que nuevamente te marchas y esta vez sin regreso alguno, me surgen unas ganas inmensas de escribir lo que mi mente quiere expresar pero no puede. Y que hacer ahora? Nuevamente sentir esa soledad que invadió mi alma un día?, no lo tolero ni deseo soportar, solo a quedara estar en silencio, esperando que partas, pero anhelando que este sentimiento que crece como el afluente de un rio deje de ser sentimiento y este amor se acabe como lo hace el ocaso dando la bienvenida a la noche, pero en mi caso solo dará la bienvenida la soledad esa que deje escondida en mi ser, para dar paso a este amor.